jueves, 22 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
Cuando el dolor toca a nuestra puerta
Por: Mónica Muñoz
Todo fue tan rápido que no tuvieron
tiempo de reaccionar. Cuando menos lo esperaban salió de la nada un auto que
embistió su vehículo, provocando la tragedia. El pequeño de tan sólo tres años
falleció; sus padres estaban atónitos, buscaban una explicación que nunca
llegaría. ¿Por qué a ellos, porque a él
que era casi un bebé y que comenzaba a vivir? Parecía tan injusto que culpaban a todos por
lo ocurrido, se rebelaron ante Aquél que tenía que cuidarlos y no lo hizo, se
sintieron defraudados, olvidados, decepcionados, pero ante todo, invadidos por
un dolor tan inmenso que parecía que nunca iba a pasar.
Este temible cuadro es una escena que
a nadie le gustaría vivir. ¡Cuántos casos como éste llegamos a conocer!, las
desgracias sacuden la vida del ser humano de manera sorpresiva y sin avisar
dejando un inmenso dolor en las personas que lo sufren y por supuesto nadie
tiene una explicación lógica. Pensar en morir es un tema que se prefiere dejar
de lado.
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